Hoy me ha tocado operación brocha. Una buena costumbre que tenía antes de tener a la peque era intentar limpiar mis brochas en profundidad al menos una vez al mes, siempre en domingo tarde. Dado que intento comprar brochas de calidad que con buenos cuidados perduren muchos años, mi colección ha aumentado exponencialmente a lo largo del tiempo, sobre todo en los últimos meses en los que la lectura de blogs me ha creado necesidades que antes no tenía.
Ahora, con muy poco tiempo para mí, la operación brocha se espacia mucho en el tiempo, y llega hasta ese punto en el que ya no estás segura si lo que te estás aplicando es lo que acabas de "untar" o un mix complejo de los productos aplicados en las últimas semanas. Llegados a este punto, me veo en la imperiosa necesidad de dedicar una hora a mis pinceles y hacer que vuelva a su virginidad original.
Pero...¿cómo limpiar los pinceles?
Creo sinceramente que como en todo, cada maestrillo tiene su librillo y tras mucho leer y escuchar de las expertas maquilladoras de diferentes marcas, cada uno encuentra sus trucos, sus formas de hacer y lo que mejor le resulta, que no tiene por qué coincidir con otros (o al menos esa es mi sensación). Mi "saber" viene de la mezcla de muchos consejos y muchas operaciones prueba-error.
Hay una serie de cosas básicas que aplico a todas las brochas, sean del tipo que sean:
1. Lavo las brochas con agua tibia, ni muy caliente ni muy fría, por el bien del pelo de las brochas y por el bien de mis manos, que tras una hora de inmersión, también sufren las consecuencias. Si la brochas tiene mucha grasa, como las de maquillaje, subo un poco la temperatura... pero sólo un poco.
2. Las brochas no se "frotan". Aunque nuestra primera intención sea restregarlas tipo brocha de afeitar (me viene a la cabeza mi padre con la brocha bien untada en crema haciéndese círculos), es mucho mejor hacerlo suavemente para evitar que se líen los pelos entre ellos y acortar así la vida útil de la misma.
3. Las brochas se limpian "hacia abajo". El agua siempre debe caer en dirección al pelo, y nunca tocar la brocha por encima de la parte metálica. Si el agua cae por la zona de madera y entra entre ésta y la zona metálica, estropea también el pelo.
4. Seco la brochas sobre una toalla, en plano y en horizontal. No las seco ni dejándolas al borde de la mesa ni usando esta especie de fundas que te permiten secarlas en vertical. He probado ambas cosas y a mí la que mejor me funciona es ésta.... pero sé que aquí hay mucha controversia. En mi caso, dejándolas en el borde conseguía que se me abrieran mucho y con las fundas cuesta un montón que se sequen y el resultado es muy similar al conseguido con mi método. Pero insisto, para gustos los colores.
Dicho esto, aquí va el sistema de limpieza en función del tipo de brocha:
1. Brochas sintéticas utilizadas para materiales grasos como el maquillaje, corrector, colorete o sombra en crema: Originalmente, y asesorada por una dependiente de MAC, las limpiaba con Fairy, mucho más efectivo que el champú. Ahora, tras leer el consejo en Isasaweis, comienzo con una primera "enjabonada" de aceite de oliva y tras aclararlo, mantengo el Fairy, que continúa la limpieza profunda y elimina un poco el aspecto "aceitoso" que queda en la brocha. Tengo que reconocer que desde que uso aceite, la limpieza es muchísimo más rápida, y se nota una barbaridad en las brochas tipo lengua de gato de maquillaje. El sistema es simplemente "enjabonar-aclarar-enjabornar-aclarar" cuantas veces sea necesario hasta verla limpia, y una vez escurrida, dejarla secar en horizontal.
2. Brochas de pelo utilizadas para materiales grasos: En concreto, yo utilizo una kabuki para la base de maquillaje y la 224 de MAC para el corrector (sí, he sucumbido a utilizar esta brocha que tan de moda han puesto las Pixiwoo para el corrector, aunque antes la utilizara para difuminar y pensara que era un poco pringoso usalo para el corrector). En este caso, los pasos son los mismos que en las anteriores, pero eliminando el uso de aceite. Al ser pelo natural me da un poco de miedo no ser capaz de eliminar totalmente el aceite y perder la brocha (he leído que hay gente que ha tenido este problema).
3. Brochas de pelo utilizadas para productos en polvo: En este caso, la limpieza es mucho menos agresiva. Utilizo un champú suave, bien de niños o bien de adultos pero que sea suave y tras varias "champunadas" les hecho un poco de acondicionador (uno baratito, nada sofisticado) y lo dejo actuar una par de minutos para luego pasar al aclarado final. Y como siempre, secado en horizontal.
Así pues, esta es mi forma de recuperar mis brochas perdidas. Entre lavada y lavada, utilizo el limpiador de brochas de MAC que siempre te saca de un apuro pero que su efectividad dista mucho de ser perfecta.
Ahora contadme vosotras... ¿cómo limpiáis vuestras brochas?
Gracias por seguir ahí