¿PARA PRESUMIR HAY QUE SUFRIR?

Ya os he dicho muchas veces que soy una loca por este mundo que se deja tentar y convencer fácilmente, y a veces, esto me ha llevado a tomar decisiones que mi bolsillo ha sufrido de forma significativa sin luego conseguir los resultados esperados. Eso me pasó hace ya tiempo (antes de quedarme embarazada) con el sistema VELA SMOOTH, un tratamiento a realizar en un mínimo de 10 sesiones, del que no acabé del todo satisfecha (y en el que me dejé buena parte de mis ahorros).

Este tratamiento se realiza con un aparato médico que utiliza simultáneamente 4 elementos terapeúticos activos para acabar con la grasa: luz de infrarrojos, radiofrecuencia bipolar, succión y masaje de tracción. Su acción se limita a la superficie del cabezal aplicador y permite reducir las células adiposas y reafirma la zona huyendo así de la temible flacidez. Esta combinación permite en teoría movilizar la grasa, calentarla y drenarla, además de alisar las protuberancias de la piel de naranja. Los efectos que promete conseguir son:

• Reducción de contorno
• Reducción visible de la celulitis
• Mejora de la textura y calidad de la piel,
• Mejora de los dolores y molestias musculares
• Mejora de la circulación sanguínea a nivel loca.
• Complementa y sustituye a los tratamientos de liposucción y está indicado para la recuperación tras el parto.

Os cuento mi experiencia. Si mal no recuerdo fueron aproximadamente 10 sesiones de unas dos horas cada una, que iba haciendo dos veces a la semana. La máquina consiste en un cabezal con el que van masajeando las zonas con grasa (piernas, vientre y la zona de los riñones en mi caso). Se puede aplicar incluso en brazos y papada, pero ese no fue mi caso. El cabeza tiene una especie de rueditas que van como haciendo pellizcos, como si fuera una aspiradora intermitente. 

En cuanto a los resultados, os diré que creo que en lo que más se nota es en la mejoría de la piel de naranja y de la circulación. Tengo muy mala circulación y mis piernas suelen llegar a tener como "manchitas blancas" derivadas de este problema y en el periodo que duró el tratamiento, esto mejoró notablemente. Celulitis no es que tenga mucha, pero la piel en las zonas conflictivas se alisó muchísimo y esta mucho más firme y tersa. En cuanto al efecto reductor, que era mi problema, no conseguí grandes maravillas. A partir de la cuarta sesión más o menos sí noté que reducía, pero la cosa se estancó. Más o menos puedo decir que bajé casi una talla de ropa, pero nada espectacular.

Sin embargo, al tratamiento le veo 3 peros:

• Es caro. Depende mucho del salón de belleza, pero las 10 sesiones sales muy caras (al menos para mi bolsillo).
• Si luego no te das una sesión de vez en cuando, los efectos desaparecen en unas pocas semanas con lo que vuelves a tu estado inicial.
• Y por último y no menos importante..... dueeeeleeeeeee!!!! Cuanta más grasa, más duele... y creedme... hubo momentos en los que me acordé de la frase "para presumir hay que sufrir" pero bien. 

Como conclusión, si tienes presupuesto y un problema importante de celulitis, pero no tanto de volumen, creo que el tratamiento puede ser el correcto. Eso sí... preparada  para tener que aguantar el tipo, sobre todo en las primeras sesiones!!

Ahora contadme vosotras ¿habéis probado algún tratamiento de este tipo?

Gracias por seguir ahí